Su historia está ligada al gran castellán de Amposta, a la orden de Jerusalén y al monasterio de Veruela, como la de toda la comarca de Borja.
Sobresalen dos edificios eclesiásticos, muy cercanos entre sí y ambos casi de la misma época: la iglesia parroquial de San Juan Bautista y la ermita de Nuestra Señora del Castillo. La primera es de piedra de sillería, de estilo gótico, con entrada por una puerta abierta en arco apuntado. El ábside es hemihexagonal. La bóveda de la nave interior es de crucería estrellada. Figura como fecha de construcción la de 1567. Hay varios retablos interesantes, que van de los siglos XVI al XVIII.
La segunda, la ermita de Nuestra Señora del Castillo, también emplazada dentro del casco urbano, fue levantada sobre las ruinas de una antigua fortaleza; se asienta sobre un macizo rocoso y tiene planta paralelepipédica. Preside una imagen de la Virgen sedente, con el Niño, de estilo románico del siglo XIII. Consta de tres naves, la central decorada con pinturas al fresco.
Pueblo de jotas y vino.
Continuara......